Descubriendo Quillabamba

Descubriendo Quillabamba

Quillabamba es la ciudad del eterno verano. Ubicada a unas horas de Macchu Picchu, tiene unos 30 mil habitantes y es la frontera entre los Andes y Amazonas.

A principios del año, tuve la suerte de pasar dos meses en esta región única del Perú. Fui ahí con el programa de pasantías PSIJ del gobierno canadiense. Me iba a quedar seis meses, pero el #coronavirus freno mis planes (¡y los de muchas otras personas!). Lo bueno es que igual pude aprovechar de mi tiempo allá y descubrir un montón de cosas. Hoy te las comparto.


¿Cómo llegar?


Quillabamba es la capital de la provincia de la Convención ubicada en el departamento de Cusco. Cómo es una ciudad bastante remota, primero se tiene que llegar al aeropuerto de Cusco y de ahí buscar transporte.

A partir de Cusco, es un viaje de cinco horas (si todo va bien) hacia Quillabamba en carretera. A mi me han recomendado los autobus verdes K’intu. Dicen que son cómodos y seguros, pero yo nunca los he usado. La otra opción es contratar un chofer personal, con un costo un poco más elevado.

La verdad es que el viaje es una belleza. Las montañas son gigantescas, con la cima nevada y campos de flores por todos lados. Es muy rural (como en Tingwick, jejeje) y se cultiva mucho. Si te paras a almorzar en el camino, te recomiendo la trucha frita.

Una vez en Quillabamba, puedes usar los mototaxis que ruedan literal por todos lados para moverte. El viaje cuesta 1.50 sol (0.4 CAD$) durante el día o 2 soles (0.75 CAD$) después de las 10pm.

¡Un paisaje que parece de postales!
Hay que subir y bajar estas inmensas montañas para llegar


¿Que comer en Quillabamba?


Obviamente la mejor comida la probé con la mamá Adelma en la familia donde me quedaba. Ella me cocino de todo y absolutamente todo fue rico. Aquí te hago una lista para que se te antoje:

  • Lawa de maíz (una sopa verde y espesa)
  • Chaque de plátano (una sopa con trozos de plátanos)
  • Sopa huactapa (también trae plátanos)
  • Sopa de cebada
  • Paco (un pescado amazónico frito absolutamente delicioso)
  • Paiche (otro pez amazónico que puede crecer hasta 3 metros)
  • Puchero (una comida de época de carnavales)
  • Cayhua frita (la cayhua es un vegetal que se parece a un pimentón con textura de pepino)
  • Papa a la huancaína (papas con una salsa de maní)
  • Papas huyuco (con una hierba llamada huacatay)
  • Adobo de chancho con chicha de maíz (el chancho es el puerco)
  • Pollo tapado (la mamá me compartió amablemente su receta aquí)
  • Mangos en almíbar
  • Leche de soya (también me inspiré de su receta aquí)
  • Leche de maní
  • Pakay (una deliciosa fruta que parece algodón)
  • Yaca (otra deliciosa fruta que tiene un sabor entre el mango y el durazno)

«¡Mikhuy!», me decía siempre en quechua la mamá Adelma. ¡A comer! 

Fuera de la cocina de la mamá, un gran clásico en Quillabamba son las deliciosas cremoladas. Es una bebida entre un helado y un licuado, pero sin leche. ¡Es muy refrescante y hay de todos los sabores! Se consiguen en literal todas las tiendas de comida y son baratas. Te recomiendo la cremolada de aguaymanto del Altocafé. También me gustan las de la tienda Misky y ahí de paso puedes probar un postre de dulce de leche llamado pionono. Otro postre delicioso del Perú son los picarones, que son como una donas fritas con miel. Hay un puesto en el mercado que los prepara a la perfección. Una orden trae tres picarones y cuesta 1.50 sol (0.4 CAD$).

También te recomiendo probar el café y el chocolate caliente. La provincia de La Convención es una zona que cultiva estos productos, ¡entonces más fresco imposible! En lo personal, me gustaba mucho el chocolate de la tienda Kampaq (ubicada cerca de Plaza de las Banderas) cuando lo preparaba el señor. El cacao de allá es de la variedad chuncho y tiene un sabor muy diferente a lo que se toma en Canadá. Es un sabor un poco más cítrico con notas a nueces. A mi parecer también es más espeso, lo cual lo hace más agradable. Si quieres aprender más sobre el chocolate del Cusco y cómo degustarlo, puedes leer mi artículo aquí. Mi marca favorita de chocolates en Quillabamba se llama Pumatiy.

En cuanto al café, nos encantaba ir al Café Aicasa (ubicado cerca de la Plaza de Armas). La gente es muy simpática y hacen conversatorios de café todos los meses. Es gratis y se puede ir a aprender sobre el tema con explicaciones y degustaciones. Así fue como yo aprendí del método de extracción del sifón japonés, jajaja. Otro lugar para aprender y descubrir nuevos sabores son las Noches de café que organiza la municipalidad cada fin de mes en la Plaza de Armas. Vienen los comerciantes a vender sus productos locales con música.

¿Y que hay del famoso ceviche peruano? Si se puede conseguir en Quillabamba (aunque me dijeron que en Lima estaba mejor). Lo comí en el restaurant Wayruro. Cuesta 25 soles (10 CAD$) para un ceviche con arroz y mariscos.

Si te gusta la comida italiana, te recomiendo ir a la pizzería Mamá Santusa. La ubicación está genial, al lado del río Urubamba, y la comida es deliciosa.

Para concluir esta sección, si quieres echarte un traguito, te recomiendo el bar Máeni. Tienen música en vivo y el ambiente es chévere. ¡No olvides probar el famoso pisco sour del Perú antes de irte!

Este es el impresionante puchero de la mamá Adelma
Estos son los frutos de la planta del café


¿Que lugares visitar en Quillabamba?


La Plaza de Armas es lo primero que tienes que ir a ver. Está en el centro de la ciudad y tiene su parque con su fuente. La verdad es que todos los parques de Quillabamba son una belleza! Están verdes, llenos de flores, de bancos y de gente vendiendo dulces. La Alameda es otro lugar en este mismo estilo donde se puede caminar.

Si te da chance, también puedes visitar el Museo Amazónico de Quillabamba. Es gratis y tiene tres pisos: uno de la fauna y la flora, uno de las culturas ancianas y uno de las culturas nativas vivas. La provincia de La Convención es muy diversa. Por ejemplo, aquí están los osos de anteojos

Si te gusta caminar, puedes hacer varias rutas a partir de la ciudad. Mis amigas a menudo hacían trayectos de varios kilómetros. Esto te dará una vista hermosa de la ciudad y del río Urubamba que la atraviesa. En lo personal, fui al Mirador La Cruz. ¡Solo ten cuidado de no bajar del lado del penal!

Para refrescarte (porque hace muuuuuucho calor), ¡tienes que saber que hay cantidad de piscinas increíbles en Quillabamba! A mi me gustó mucho el balneario de Sambaray. Tiene dos piscinas, canchas de futbol y está al lado del río Urubamba. Se puede agarrar un mototaxi para llegar y cuesta 3 soles (1.15 CAD$). ¡No olvides tu repelente de mosquitos!

Si quieres aprender a hablar quechua, puedes ir a la Academia de Quechua de Quillabamba con el profe Isauro. La inscripción cuesta 30 soles (12 CAD$) y la mensualidad 90 soles (36 CAD$). Tienen clases de lunes a viernes y el nivel principiante es de 4 a 6pm.

Ojo, también hay lugares a los cuales no te recomiendo ir en Quillabamba. Por ejemplo, es mejor evitar todo el lado del cementerio y del penal. Como en cualquier lado, siempre hay que tener cuidado y estar pilas.

La hermosa Plaza de Armas
Hay mototaxis en literal todos lados


¿Que hay de los alrededores de Quillabamba?


Si tienes curiosidad, puedes explorar los alrededores de la ciudad. ¡Yo te recomiendo ver las cataratas! En lo personal fui a la catarata de Sirenayoc y a las cataratas de Mandor. La de Mandor es mi favorita, porque tiene dos cataratas y nos cobran 60 soles (23 CAD$) en transporte privado ida y vuelta desde Quillabamba. Para llegar a la segunda catarata de Mandor, que está escondida y desierta, hay que subir la montaña en medio de la selva y atravesar las chacras (plantaciones) de café y plátano. Es muy especial, pero te recomiendo contratar una persona que te pueda guiar (¡hola Ayron!). Puedes preguntar en el restaurant Madera Verde al pie de la montaña.

A principios de febrero, hacen el festival de la coca, llamado el «Coca Raymi» en varios lugares. En lo personal, fui un 2 de febrero en los pueblos de Hatunpampa y Ccochapampa. Escribí todos los detalles de mi aventura en este artículo. Si te da chance ir, te lo recomiendo al 100%. ¡Es un evento super interesante y todavía no lo descubre el turismo de masas!

En época de carnavales, también se celebra la Yunsada. Es una celebración en la cual se decora un árbol y se le cuelgan regalos. Luego, llegan parejas con ropa tradicional y bailan en círculo alrededor del árbol. Eventualmente cada pareja agarra una hacha y va cortando el árbol. Cuando se cae, todos corren a agarrar los regalos y los que lo hacen caer son los que tienen que organizar la Yunsada al año siguiente! Es super fino y reparten chicha mientras el evento. También puedes leer mi artículo completo que escribí acerca del tema.

¿Recuerdas que te comenté de las piscinas? Pues la verdad, la mejor piscina está en Echarati. Es el pueblo al lado de Quillabamba y te tardarás una media hora en llegar. Agarras un taxi en la terminal y te cobran 5 soles (2 CAD$). Super si vale la pena ir, ¡hay muchos toboganes y varios puntos de agua!

Luego, a una hora de Quillabamba, hay un pueblo llamado Huayopata que es reconocido por su té. Es posible visitar los cultivos, pero a mi no me dio chance hacerlo. Si te das una vuelta, prueba el jugo de la señora que se pone frente a la terminal al lado del mercado. Con ella probé el mejor jugo de mi vida. Era espumoso en mi boca y perfectamente dulce, con piña, papaya, naranja y miel.

Para concluir, también te recomiendo visitar la Hacienda Potrero. Es un lugar gigantesco! Fue construido en 1904 y allí hacían el cultivo de la caña de azúcar. Hoy en día han diversificado las plantaciones con café, plátano, cacao, maíz y mucho más. Se pueden ver los animales, caminar por los campos y visitar las instalaciones que procesaban la caña. Es muy interesante.

La catarata Sirenayoc a lo lejos
Las cataratas de Mandor
El festival del Coca Raymi
La Yunsada cuando cae la noche


¡Gracias por todo Quillabamba!


La ciudad del eterno verano tiene mucho que ofrecer. Al nivel gastronómico, descubre el chocolate del cacao chuncho. Al nivel local, visita los parques y las cataratas de los alrededores. A mi me hubiera encantado quedarme mis seis meses del inicio, pero ahora que estoy escribiendo esto, ¡me dan aún más ganas de volver! Me faltaron unos cuantos lugares por conocer.

Muchas gracias a todas las personas que me hicieron descubrir este pedacito de país: la familia de mi tío, la mamá Adelma, el papá Roberto, nuestros amigos David y Rover, las chicas de Ayni y las personas del Café Aicasa. ¡Un abrazo! Espero estén muy bien.

Y muchas gracias a mi amiga Marie-Dominique Simard por su increíble foto de Quillabamba que está de portada en este artículo.

Una última montaña de despedida (me encantan)


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *