Golden Week en Izu: la península escondida de Japón

Golden Week en Izu: la península escondida de Japón

La Golden Week en Japón es una serie de cuatro días feriados dispersos en una semana completa. Empieza el 29 de abril para conmemorar el cumpleaños del emperador Showa.

Como ya llevaba un mes en Tokyo y soy una #hijadelcampo, pues me urgía salir un poco de la ciudad y respirar aire fresco. Así que busqué en Google lugares donde ir a pasar la semana, pero la verdad no había mucha información fuera de Kyoto o Hiroshima. Y pues yo no quería ir a lugares super turísticos, entonces terminé escogiendo la península de Izu aunque no conseguí casi nada acerca del lugar. ¡Hora de aventura por cuatro días!


¿Cómo llegar a la península desde Tokyo?


Me fui un jueves de la capital en un tren que salía a las 9h16am de la Tokyo Station. Para comprar el ticket, lo más fácil es acercarte a un empleado de cualquier estación de JR Rail y decirle donde quieres ir. Si viajas mientras la Golden Week, te recomiendo comprar tu ticket con anticipación, ¡porque muchas veces es sold out! Y el día de tu viaje, ni se te ocurra llegar tarde, porque salen en punto y no esperan a nadie!

En mi bolso, me lleve entre otras cosas mi trajo de baño, ropa de primavera, una toalla de microfibra, tenis, cholas y… ¡tres botellitas de maple! Es que me gusta regalar esta delicia a las personas simpáticas que voy conociendo en el camino.

Total que agarré mi tren y me tocaba la ventana que daba hacia el mar (reservando con antelación, se puede escoger el asiento). El trayecto dura 2h30, así que me puse a hablar con la gente alrededor mío. En mi experiencia, los japoneses que conocí siempre están abiertos a hablar y a compartir su cultura con uno. Me hice amiga de un señor que trabajaba para Coca Cola, un gran sponsor que las Olímpicas del 2020 (RIP coronavirus), quien me contó que tenía mucho trabajo por el mismo tema. Me presentó su mamá, su esposa y su hijo y luego me contó que se iban en un onsen (baños termales tradicionales). Una de las paradas de camino a Izu justo era el poblado de Atami, un lugar de onsens muy famoso y reconocido por sus lunas de miel. Cuando se bajó, le regale una botellita de maple. ¡Me cayó muy bien!

Luego a lo lejos vi a Fuji-san, ¡la gigantesca montaña emblemática de Japón! La ruta a la península de Izu obviamente rodea el mar, entonces es una belleza la mezcla de lo verde de las montañas pegaditas con lo azul del mar. En primavera los colores resaltan mucho, entonces creo que era un momento ideal para viajar.

A las 11h46 en punto, me bajé del tren en la estación de Izukyu-Shimoda. Me impresiona mucho la puntualidad japonesa. ¡Es hora de explorar!

Aquí se ven los koinobori para el día de los niños que es la última celebración de la Golden Week!


El pueblo de las naves negras


Empecé mi roadtrip visitando Shimoda, un lugar famoso de la península de Izu. Resulta que ahí, en 1854, un señor llamado el Commodore Matthew C. Perry llegó con nueve naves de guerra conocidas ahora como los kurofune. Con mucha presión, obligó el país a abrirle sus puertas al mundo y este fue el comienzo de las relaciones entre Japón y los Estados Unidos. Japón llevaba aislado desde el año 1641 de la era Edo (1603-1868).

Compré unos sushis para el almuerzo y conseguí una tienda de cerámica. La abuela que atendía y yo empezamos a hablar con señas y compré varias piezas hermosas. Mientras me iba, me regaló una cerámica hermosa con pinturas de Fuji-san. Ya pueden imaginarse que mi segunda botella de maple se la llevó ella.

Así son las calles del pueblo de Shimoda


Playas de surf & agua helada


Después de pasar unas horas en Shimoda, decido agarrar el bus para ir a Kisami, que es el pueblo donde está mi AirBnb llamado Wabi-sabi. Uno entra al bus, agarra un ticket y paga al bajar, dependiendo de la distancia transcurrida. ¡La máquina para pagar es super moderna y hasta devuelve el cambio! Es bastante fácil ubicarse, porque muchas pancartas tienen traducción en inglés. ¡Pero igual tengo mi diccionario por si acaso!

De la parada, hay que caminar unos 15 minutos para llegar al AirBnb. Por cierto, también tienes que reservar tu alojamiento con anticipación. ¡En camino paso por la famosa playa de Ohama dónde se hace mucho surf! Se me acercan dos personas que quieren tomarse foto con una gaijin (extranjera) haciendo peace & love con la mano y sigo caminando. No hay extranjeros y es un ambiente muy tranquilo. Justo lo que buscaba.

Un detalle que valga la pena mencionar quizás. Son muy pocas las japonesas que usan bikinis. Casi todas tienen camisa por encima del traje de baño y varias hasta van cubierta de los pies a la cabeza. Con un paraguas. En la playa. Esta es una diferencia cultural muy grande, pero es que no quieren broncearse. Quieren ser blancas como porcelana.

Luego me voy a mi AirBnb a dejar mis cosas. La dueña es canadiense y me cuenta que hay un cochino salvaje que anda por ahí. Solo hay que hacer ruido llegando para espantarlo, jajaja! El lugar está hermoso, construido directamente sobre una piedra gigante. Es época de naranjas y huele rico a cítricos en todos lados.

Hermosas flores de Kisami (ni siquiera retoque la foto)!
Pocas veces he visto colores tan vivos en flores de campo!


Vida playera en bicicleta


El viernes decido alquilar una bicicleta para pasear. Pero resulta que en Japón no usan casco. Nunca. Se me hace muy raro viniendo de una sociedad tan cuidadosa, la verdad no sabría como explicarlo. ¿Alguien que sepa y me diga?

Como me gusta el riesgo, pues decido bicicletear de todas formas en las montañas empinadas y con los carros que van al revés (o serán nuestros carros en América que van al revés… es cuestión de perspectiva, jajaja). Mi primera parada está a tres kilómetros y es un pequeño restaurant que sirven desayuno japonés tradicional. Ahí como EL MEJOR PESCADO DE MI VIDA, un huevo, vainitas, calabaza, arroz, sopa miso y te. Me encantan estos desayunos, pero no los haría en casa porque ensucian demasiada vajilla.

Siendo fan de la playa, pues luego me voy a la playa de Nabeta. El agua es clara, limpia y el ambiente es familiar. De ahí, me voy a la playa de Tatado, donde hay bastante gente surfeando. Solo me meto los pies porque el agua está demasiado helada, pero hace mucho calor igual. 

Bicicleteando de regreso al AirBnb, descubro un kiosco en el camino donde venden naranjas, vegetales y mermeladas. Como los precios están indicados, uno pone el dinero en un pote y se lleva lo que quiere. Así que compro naranjas y una mermelada de yuzu. Que confianza tienen los vendedores para dejar sus productos ahí sin nadie que los cuide! La gente es muy honesta, es genial.

Mi desayuno con la deliciosa mermelada de yuzu
El agua es hermosa, pero fríaaaaa!


Secretos de la península


En la tarde, decido ir con mi bici a la Ryugu Open Sea Cave. El acceso es gratis, super bien! Básicamente es una cueva en una montaña que da al mar. Cuando sube la marea, se llena. Cuando baja, se puede explorar. Muy bonito.

Luego me voy a otra montaña de arena en donde se puede uno deslizar con la playa de frente. Alquilo un toboggan y me hago amiga de una chica llamada Shoko. Nos deslizamos juntas y hasta una niñita se desliza conmigo! Es muy divertido. Aunque algo peligroso, porque vi un par de niños comiendo arena, jajaja! Y si agarras demasiada velocidad, pareciera que vas a llegar hasta el mar! Pero la verdad si está genial.

Ryugu Open Sea Cave
Deslizándose en la arena frente al mar


Sabores desconocidos: helado de sábila


El sábado, el día amanece nublado. Agarro un autobus hasta la punta de la península y luego camino hasta una shrine (santuario religioso) que tiene vista al mar. Ahí se puede hacer tours en un barco para ver las aguas cristalinas, pero por las nubes decido no ir. Es que no se ven tanto las tonalidades de colores sin el sol.

Mejor camino por la carretera y en eso descubro un centro de sábila (aloe vera) en el borde del mar. Resulta que aquí abunda esta planta, así que decidieron abrir una tienda al público. Y venden helado de sábila! Es un sabor particular, muy suave, y me gusta mucho.

Sigo caminando y veo muchas turbinas eólicas a lo lejos. No sabía que aquí habían. Agarro el bus de vuelta a mi AirBnb y me tomo el resto del día relax en la playa.

Helado de sábila!
En este camino hay un santuario religioso que se puede visitar
A lo lejos se ven las turbinas eólicas
El mar estaba picado!


Sabores clásicos: edamame y sashimi


El domingo es mi último día de vacaciones de mi Golden Week! Me despierto super temprano y voy a relajarme en la playa Ohama a las 7am. A la hora empiezan a llegar un buen de personas para limpiar la playa. Aaaah, con razón todo siempre está tan limpio!

Para desayunar, decido comer en el restaurant del AirBnb llamado Wabi-sabi. Pruebo un hummous de edamame y aguacate sobre pan, una verdadera delicia.

Para el almuerzo, decido regresar al pueblo de Shimoda. Es que alguien me recomendó el restaurant tradicional Gorosaya de allá. Supuestamente tienen el mejor pescado fresco y es un lugar viejo de 180 años (wow!). Pido un sashimi course de 1700 yenes (como 20$) y la verdad es increíble la frescura. Por si no sabías, el sashimi es pescado crudo. Ofrecen varios tipos de pescados y también mariscos. Todo está acompañado con arroz, miso, ensalada de wakame, vainitas y una gelatina de naranja. Muy delicioso y definitivamente fresco. Ya te diste cuenta que soy amante de la comida? Me la vivo hablando de eso, jajaja.

Delicioso hummous en épocas de naranjas!
El restaurant Gorosaya


Regreso a Tokyo


Ya con la barriguita llena, veo que todavía tengo tiempo antes de que salga el tren. Camino y decido visitar los lugares en donde el Commodore Matthew C. Perry obligó a Japón a abrirse al mundo (recuerda que te conté más arriba?). También escalo la montañita para tener una vista completa de Shimoda. Como sale a las 4h50pm mi tren, voy regresando tranquila a la estación, pero resulta que un árbol se cayo en los rieles así que el tren tiene un retraso de una hora. No importa, igual tengo mi libro! El camino de regreso dura tres horas y termino llegando a las 9pm en Tokyo, cansada pero muy contenta de mi viaje!

Si buscas algo diferente lejos de las masas turísticas, te recomiendo que vayas a darte una vuelta por la península de Izu y que pruebes el sashimi! Para mi fueron unos cuatro días inolvidables en los cuales pude descansar en la naturaleza.

Si quieres descubrir más acerca de Japón, puedes leer mis artículos al respecto:

  • Mis lugares inusuales favoritos en Tokio aquí.
  • Mis comida inusuales favoritas en Japón aquí.
  • Dónde ver los campos inmensos de flores aquí.
  • Dónde ver las famosas flores de sakura en la capital aquí.
  • Cómo organizar un intercambio en Japón aquí.
  • Cómo financiar un intercambio en Japón aquí.
  • Y mucho más aquí.

Mata ne!

Un shiba inu! Tan cuchi!
Ooooh, eso estaba en todos lados!
Adiós Izu! Gracias por todo!


2 pensamientos sobre “Golden Week en Izu: la península escondida de Japón”

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