Cómo hice mi jardín mágico
Mi jardín es mi mayor orgullo este año. Es hermoso, verde y grande. ¡No podría pedir nada mejor! Hoy les cuento cómo lo hice con la ayuda de mi familia.
Mi jardín es mágico porque tiene un toque de cuentos de hadas. Lo diseñamos como un túnel para poder caminar y recoger las verduras que crecen en el aire. Digamos que a la Magdita de 5 años le hubiera encantado la idea de cosechar calabazas colgando encima de su cabeza.
Este jardín es el segundo que hago en mi vida. El primero, lo hice a los 10 años y fue un gran fracaso (digamos que no estaba muy pendiente y que prefería jugar en el parque). Pero las cosas han cambiado este año (he madurado, jejeje). Además, hay que decir que mis padres, que estudiaron agricultura, me ayudaron mucho. Básicamente todo lo que sé, lo aprendí de ellos (¡gracias!).
Si quieres hacer uno, tienes que hacerlo con un poco de anticipación (digamos que a finales de abril ya tienes que empezar a pensarlo). Y un jardín es como un bebé: hay que cuidarlo.
Antes de empezar: un disclaimer. No soy experta en agricultura y hago muchos experimentos. Entonces, si tienes alguna sugerencia sobre cómo mejorar mi proceso, ¡no dudes en hacérmelo saber en los comentarios! Para situarte un poco, me encuentro en Québec, Canadá. Dependiendo de dónde estés, quizás las condiciones de tu tierra sean diferentes y no puedas seguir todos mis consejos para hacer tu jardín.
Sin más preámbulos, aquí están los detalles de mi aventura…
Preparar el terreno
Para hacer un jardín, primero debes elegir un lugar adecuado para lo que vas a plantar. En mi caso, elegí un espacio que teníamos cerca del laguito de la casa. ¿Por qué? Porque quería sembrar plantas de la familia de las cucurbitáceas (calabaza, calabacín, pepino…).
Las cucurbitáceas necesitan enormes cantidades de agua para su crecimiento. Por lo tanto, la idea era que las plantas hicieran sus raíces lo suficientemente profundas para beber directamente de las reservas del laguito. Eso nos evitaría regar (#nomediganfloja). ¿Y quieres saber lo mejor? ¡Funcionó!
Como el espacio para el jardín estaba invadido por hierba mala, fuimos a buscar paja en el campo detrás de la casa. Entiendo que no todo el mundo tiene paja en casa, pero la idea aquí es recubrir la grama para asfixiarla. Pusimos una buena capa y mi mamá también puso cartón debajo sobre las hierbas más vigorosas (para cortar bien la luz e impedir la fotosíntesis). Lo ideal es utilizar paja vieja ( sus semillas habrán ya germinado).
Idealmente, harías esto a principios de mayo para que la paja tenga tiempo de compactarse o el año anterior para que se descomponga. Pero bueno. Estaba un poco al último minuto.
El propósito de poner paja también es trazar la forma de tu jardín. Como queríamos un toque mágico con un túnel, hicimos dos media lunas de cada lado para sostener la estructura. Mi mamá quería espirales, pero era demasiado trabajo y dijimos que no. ¡Quizás el año que viene, mamá, jeje! 😉
Como tampoco queríamos desyerbar, pensamos en hacer un muro de piedra para levantar el jardín. Hacer esto reseca la tierra, pero cómo estábamos ubicadas junto al laguito resolvió el problema. Buscamos piedra de campo detrás en el campo y armamos el murito.
Una vez terminado el murito, fuimos a buscar más paja y llenamos el interior del muro. ¡No dudes en poner mucha, porque de todos modos se compacta con la lluvia! Lo ideal es hacerlo en mayo para darle tiempo a la naturaleza de instalarse.
Unas semanas después, a finales de mayo, hicimos una mezcla de tierra negra y abono. Pusimos michi michi en una carretilla y mezclamos bien. Para darte una idea, teníamos unas veinte bolsas de tierra negra y el equivalente en abono. Podríamos haber puesto más, pero bueno. Vertimos todo sobre la paja y listo!
Obviamente, la preparación del suelo depende mucho de lo que vas a sembrar. Por ejemplo, si quieres plantar tubérculos (nabo, zanahoria, rábano … no era mi caso), necesitarías un suelo ligero. El suelo arcilloso no funciona bien. Por lo tanto, podrías utilizar tierra arenosa o una mezcla de tierra negra con poco abono.
Finalmente, como la idea inicial era hacer un túnel, fuimos a buscar ramas de cedro muertas en el bosque para armar la estructura del jardín. Escogimos cedro porque resiste bien con el tiempo y no se pudre. Atamos las ramas flojas con cuerda y voilá (probablemente necesitarás una escalera pequeña).
No te desanimes: sin plantas obvio se ve feito, ¡pero espera a que crezca todo y se convertirá en una belleza!
Ps. Afortunadamente, tengo cinco hermanitas y todas participaron en la tarea familiar (léase: mi jardín). Gracias chicas (aún que fueran obligadas, jeje)!
¿Qué plantas elegir?
En la vida, me gusta probar cosas nuevas. Entonces no iba a hacerme un jardín aburrido con solo pepino, tomate & lechuga. ¡No! ¡Hay que pensar en grande (quizás demasiado grande)! Entonces al ratito te explicaré que plantas elegí y porqué. Pero antes de eso, un pequeño consejo…
Algo que tener en cuenta a la hora de plantar en zonas nórdicas es el riesgo de heladas. En la región de los Bois-Francs en Québec (que es dónde vivo), la última helada suele ser a principios de junio. No siembres afuera antes de eso, de lo contrario las plantas MORIRÁN !!!
Es muy importante darle un buen vistazo al calendario e intentar adivinar cuándo se congelará el suelo por última vez. Un truco es ubicar las lunas llenas, ya que en esas noches casi siempre hiela. Si tu luna llena es a principios de junio, es probable que baje la temperatura debajo de cero. Si tu luna llena es a finales de junio, probablemente estés a salvo. También depende de la latitud en la que te encuentres. Entre más al norte, más tarde es la última helada.
El clásico de las tres hermanas
Primero integré el clásico de las «tres hermanas» en mi jardín. Es una técnica de cultivo indígena históricamente presente de Centroamérica hasta Norteamérica. En francés, se le llama «les trois soeurs». En Québec, por ejemplo, los iroqueses del Saint-Laurent cultivaban de esta manera.
La idea es la siguiente: plantamos juntos maíz, calabaza y frijoles. Si escuchaste en tus clases de historia en la secundaria, recordarás que estos alimentos eran la base de la alimentación de muchos pueblos indígenas. Y no se eligió al azar, porque la combinación del maíz y del frijol proporciona todos los aminoácidos esenciales.
Paréntesis: ¿que son los aminoácidos esenciales? Básicamente, los aminoácidos son los componentes básicos de las proteínas. Las proteínas son las moléculas que le aportan a tu cuerpo su estructura, su coagulación sanguínea, su inmunidad y mucho más… Están formadas por aminoácidos, de los cuales existen 20 tipos (9 esenciales y 11 no esenciales). Se dice que un aminoácido es esencial cuando el organismo no puede sintetizarlo por sí solo si no forma parte de la alimentación. Por eso su escasez impide que las proteínas puedan hacer su trabajo correctamente.
(Ojo, no estoy inventando todo eso: lo aprendí en mis clases de nutrición en la universidad).
Es muy interesante notar que el cultivo de las tres hermanas permite el aporte de los nueve aminoácidos esenciales. El maíz, por ejemplo, tiene un contenido muy bajo de lisina y triptófano, pero lo compensa el frijol (que abunda de ellos). Por otro lado, los frijoles son pobres en metionina y cistina, pero esto lo compensa el maíz. La combinación cereal-leguminosa, ilustrada aquí por maíz-frijoles, es un concepto frecuentemente utilizado en nutrición para obtener la complementación proteica (léase: para tener todos los aminoácidos esenciales). Si quieres aprender más al respecto, te sugiero este artículo de la FAO o este. ¡Es muy interesante!
¡Uf! Me desvié de nuestro tema principal que era: cómo elegir tus plantas.
Otra razón para elegir las tres hermanas es el hecho de que las tres plantas (maíz, calabaza y frijoles) crecen muy bien juntas. El tallo del maíz sirve de soporte a los frijoles trepadores. Los frijoles fijan el nitrógeno en el suelo (lo enriquecen), lo cual beneficia el crecimiento del maíz y de la calabaza. Finalmente, las hojas de la calabaza cubren el suelo y evitan la invasión de hierbas malas. ¡En breve: solo ventajas!
Bien, ahora que te lo he vendido cañón, me vas a decir «Magda, ¿pero cómo hago eso?». Aquí está la respuesta a todas tus preguntas:
- Prepara el suelo a finales de mayo (ver el comienzo del artículo para más detalles).
- A principios de junio, cuando ya no haya riesgo de heladas, siembra primero el maíz. Para hacer esto, forma un montículo de 30 cm de alto y de unos 60 cm de ancho. Para saber a qué profundidad plantar la semilla, calcula tres veces su tamaño y cúbrela con tierra. Presiona suavemente (no queremos compactar la tierra, de lo contrario el germen tendrá más dificultad para salir). Puedes optar por poner más de una semilla al mismo lugar si no está segur@ de su calidad. A veces, las semillas simplemente no germinan. Tu decides. Riega abundantemente.
- Mientras esperas que la semilla germine, riégala todos los días (a no ser que llueva). Básicamente, primero siembras el maíz porque la calabaza y los frijoles crecen mucho más rápido.
- Cuando el maíz haya alcanzado unos quince centímetros de altura, es el momento de sembrar las otras dos hermanas.
- Alrededor del montículo de maíz, siembra alternativamente semillas de calabaza y frijoles. Normalmente dejamos unos 30cm entre cada planta. Nuevamente, si no estás segur@ de la calidad de tus semillas, puedes colocar 2-3 en lugar de solo una en el mismo lugar. Hacemos lo mismo que antes: sembramos a una profundidad de 3 veces el tamaño de la semilla y cubrimos suavemente con tierra. Riega abundantemente.
- Durante el resto del verano, riega las plantas con regularidad hasta que estén bien fuertes.
Para concluir, si te gusta el tema como a mí, te sugiero que leas este proyecto para revalorizar a las tres hermanas en las comunidades nativas de Québec.
Variedades mexicanas
En los últimos dos años, pasé mucho tiempo en México. Así que quería integrar plantas de allá en mi jardín. Lo adivinaste, decidí sembrar… ¡chiles!
Los chiles son pimientos picantes mexicanos. Incluyen el jalapeño, el habanero, el chipotle, el pasilla, el ancho… La lista es larga, ya que estamos hablando de al menos 64 variedades diferentes. Se usan como condimentos en salsas o como base de una comida (a veces a la manera de pimientos rellenos, por ejemplo). Cada chile tiene un sabor diferente, lo que asegura un descubrimiento culinario para quienes no se han iniciado.
En Québec, no es fácil encontrar chiles en la tienda. Por lo tanto, les sugiero la finca de Victoire y Michel Palardy por la ciudad de St-Hyacinthe. En las variedades mexicanas, tienen chiles serranos, chiles poblanos, chiles habaneros y chiles jalapeños. Decidí ir a recoger las plantas directamente a la finca, pero también es posible recogerlas en su quiosco en el mercado Jean-Talon de Montreal. ¡Mis plantas crecieron super bien y recomiendo su finca al 100%!
Como nunca había plantado chiles, me dije que empezaría poco a poco. Así que compré 12 plantas de chile serranos y 12 plantas de chile poblano. Nada exagerada, jejeje!
Mi mamá también compró tomatillos (les dicen «tomates» en México), que son como tomates verdes con una cáscara (un poco como un aguaymanto peruano). Esto es que lo usan l@s mexas para hacer la famosa salsa verde, que es la base de las enchiladas y de los chilaquiles. Fuimos razonables y compramos solo cuatro plantas.
Hubiera sido posible sembrar nosotros mismos los chiles desde cero, pero mis padres dicen que es medio complicado. Hay que encontrar las semillas y sembrarlas desde en febrero en la casa. Si se siembra directamente en el suelo en junio, la planta probablemente no llegará a producir chiles. Nuestro verano es demasiado corto para estas variedades sureñas.
Para sembrar una planta en el suelo, así es como se hace:
- Mueve la tierra para que sea suelta y fácil de manipular.
- Haz un hueco en el suelo a 30 cm de las otras plantas. El hueco debe ser aproximadamente 1,5 veces el tamaño de la maceta (las plantas de invernadero generalmente vienen en una maceta de plástico).
- Saca la planta de la maceta. Agarra suavemente el tallo entre tu dedo índice y tu dedo medio. Gira la maceta y deja que la planta se deslice suavemente en tu mano con su tierra. Tienes que tener MUCHO cuidado de no romper el tallo.
- Coloca la planta en el hueco y cubre la base con tierra. Presiona suavemente, sin compactar. El suelo debe cubrir la parte superior de la base de la raíz y unos centímetros más. Esto ayudará a que tu planta crezca mejor.
- Si ves que tu tallo es muy delgado, coloca un palo para ayudarlo a mantenerse recto. El palo puede ser un tallo de bambú y puedes unirlo a la planta con una tela vieja cortada en tiras.
- Riega abundantemente.
Así es como sembramos las 12 plantas de chile serranos, las 12 plantas de chile poblanos y las 4 plantas de tomatillos.
Otras plantas para complementar
Bueno, ya tengo maíz, calabaza, frijoles, chiles y tomatillos en mi jardín. ¡Ya es bastante! Pero como tenía algunos espacios libres, decidí complementar con lo siguiente:
- Melones (que murieron comidos por insectos)
- Calabazas delicata (que son DELICIOSAS con salchicha)
- Frijoles Scarlett Runner que trepan. Estos son los que usamos para representar el cuento de Jack y el frijol mágico, porque la flor es roja y el frijol púrpura.
- Aguaymanto (no me gustan mucho, pero a Timinou le encanta)
- Pepinos (para hacer pickles)
¡Suficiente para 2020!
La invasión de insectos
El mayor desafío en mi jardín ha sido sin duda la invasión del escarabajo rayado del pepino. Estos son pequeños insectos amarillos con rayas negras que se comen TODAS las hojas de las plantas. ¡Y vuelan!
Si a ti también te atacan los escarabajos, mis condolencias. Te lo diré de una: es imposible deshacerse de ellos al 100% (al menos no con mi enfoque orgánico). Tienes que aprender a vivir con ellos (como muchas cosas en la vida).
Sin embargo, no nos desanimemos. Aquí algunos consejos para limitar su daño. ¡UPDATE! Maude Girard, horticultora, me compartió valiosos consejos para luchar contra los escarabajos después de la publicación de este artículo. Los agregué a la siguiente lista. Muchísimas gracias!
- Los escarabajos son insectos nocturnos. No los busques en día ya que se esconden bajo tierra.
- Para matarlos (lo sé, lo sé, no es nada glamour), puedes aplastarlos entre dos hojas. También puede hacerlos caer en un recipiente con agua y jabón. Debes actuar con rapidez, porque se van volando.
- Tan pronto como notes los primeros escarabajos en tus plantas, debes matarlos. Se reproducen muy rápido, así que si lo pospones para mañana, tendrás más trabajo a largo plazo.
- Por lo general, hay dos generaciones de escarabajos por verano, así que no grites victoria cuando hayas terminado el primer lote. Hay que estar atentos a una segunda invasión.
- Como los escarabajos pasan el invierno en el suelo, lo más probable es que los tengas el próximo año. Hay dos formas de evitar su regreso. Primero, tan pronto como hayas sembrado tus cucurbitáceas, cúbrelas con una red para insectos o una lona agrícola para reducir su interés de poner sus huevos ahí. Tienes que quitar la red por la mañana y volver a colocarla al final del día. Es importante hacer esto al comienzo de la temporada, porque si lo haces demasiado tarde ya habrán puesto huevos. En segundo lugar, puedes optar por sacrificar una planta: siembra una más lejos de tu jardín y no le hagas caso. Tu objetivo es que la planta no sea feliz, porque los insectos atacan a los más vulnerables. Esto los atraerá a una cultura falsa y será más fácil capturarlos.
- ¡Cuidado! Los escarabajos pueden transmitir la enfermedad de la marchitez bacteriana. Solo necesitas una infectada para contaminar todo tu jardín. La solución es eliminar la parte infectada de la planta o eliminarla por completo para que los escarabajos infectados no pasen el invierno.
- Para saber más sobre los escarabajos, no dudes en consultar la ficha técnica de Agri Réseau sobre el tema (en francés solamente).
En conclusión, los escarabajos se comieron todos mis melones entonces me caen mal.
Ps. ¡Gracias de nuevo por tu consejo, Maude! ¡Es super apreciado!
El mantenimiento del jardín
La mayor parte del trabajo de un jardín realmente es la preparación del suelo y la siembra. El resto es principalmente mantenimiento. ¡Yujuuu! ¡Es hora de tomar un respiro y lanzarse a la piscina!
Peeeeeeero… no olvides tus RESPONSABILIDADES. Lo dije al principio: un jardín es como un bebé. Cuídalo y presta atención a los siguientes detalles durante el verano.
Primero que nada: los bichos. Ya hablé de ellos, sin embargo hay que aclarar que no todos los bichos son malos. Los insectos tienen su lugar en la naturaleza y también en tu jardín. No deben ser exterminados a ciegas solo porque «le tengo miedo a las arañas» o porque «no me gustan las babosas». En general, la naturaleza está bien hecha y su presencia se equilibra. Así que solo debes preocuparte si llegan a dañar tus plantas.
Luego, hay que prestar atención a las flores. Las flores son tu pista de que la polinización va bien. Sin flores no hay frutos. En mi caso, las calabazas crecían y crecían, ¡pero nada de flores! Las hojas eran tan largas como mi antebrazo, ¡pero ninguna flor en el horizonte! Conchale… La idea de un jardín es precisamente tener una cosecha, ¿no?
Así que mi papá vino a ver la situación y su veredicto fue: «tus plantas están demasiado felices«. ¿Khaaaaa? ¿Me estás diciendo que cuido demasiado mi jardín? ¿Acaso es posible? Pues eso parece.
Pensándolo bien, tenía razón. Recordemos que las plantas de la familia de las cucurbitáceas tienen enormes requerimientos de agua, y justo debajo de ellas estaban todas las reservas de agua del laguito. ¡Obvio estaban felices!
Había que estresarlas. En otras palabras, había que asustarlas para activar su instinto reproductivo. Entonces tomé las tijeras de podar y corté las cabezas de todas mis plantas. Es un poco extremo, pero a los días aparecieron una tonelada de flores. Otra manera hubiera sido de no regarlas por unos días en plena ola de calor.
Siguiendo con el tema del mantenimiento, hay que asegurarse siempre que el jardín esté bien hidratado. Si no llueve durante una semana o hay una ola de calor, puede ser una buena idea regar las plantas. Una pista de si necesitan agua son las hojas. Si se ven tristes, ¡tienen sed!
En olas de calor, riega abundantemente dos veces al día y cuenta unos 10 segundos de flujo de agua por planta. Esto asegurará que el agua penetre en el suelo hasta las raíces. NUNCA riegues en pleno sol, ya que los rayos se reflejarán sobre las gotas de agua y quemarán las hojas. Lo ideal es regar temprano en la mañana o tarde en la noche. Si el calor es moderado, regar una vez al día es suficiente (preferiblemente por la mañana). Mira tus plantas para guiarte. Si se ven bien, minimiza la regada.
Finalmente, es necesario desyerbar de vez en cuando. Si tu jardín es elevado como el mío, no debería ser tan complicado. Las malas hierbas tienen un acceso difícil y crecen menos. Pero igual verifica de vez en cuando y sácalas tan pronto como broten. Cuanto más esperes, más la raíz se atascará en la tierra.
La cosecha
Dependiendo de la variedad, hay que prestar atención a la época de cosecha. Te sugiero que visites tu jardín con regularidad, porque es fácil pasar por alto una fruta o una verdura. En verano, todo crece muy rápido. El apogeo es de finales de julio hasta mediados de septiembre.
No hay una fecha específica para cada variedad. Lo importante es vigilar las frutas y las verduras y cosecharlas cuando estén maduras. Por ejemplo, los pepinos deben cosecharse antes de que se vuelvan amarillos y amargos. Los frijoles son mejores cuando sus cáscaras son delgadas y el maíz está listo cuando la barba es marrón. En cuanto a los chiles, se pueden cosechar tanto verdes como rojos: es al gusto. Los chiles verdes son generalmente más picantes.
Una vez cosechada, la comida se debe procesar. Cuanto más grande sea tu jardín, más trabajo tendrás. ¡Es el encanto de la cosecha! Hay muchas opciones para no desperdiciar tus tesoros: enlatar, deshidratar, congelar …
Si quieres inspirarte, tengo esta receta de flores de calabaza fritas y esta receta de chiles en nogada por si siembras chiles poblanos. Pronto publicaré una receta de relish de pepino. ¡No son las ideas que faltan!
Para concluir
Si te gusta la experiencia del jardín (eso espero), de un año al otro tendrás que planificar y aportar ciertos ajustes. Por ejemplo, debes tomar en cuenta el concepto de rotación de cultivos.
La idea de la rotación de cultivos es no sembrar la misma familia de plantas en el mismo lugar de un año al otro. Hay varias razones para esto. Primero, limita la instalación de plagas de insectos en el mismo lugar. Luego, permite que el suelo se recargue en ciertos minerales. Por ejemplo, las cucurbitáceas usan mucho nitrógeno del suelo mientras que las leguminosas lo fijan. La alternancia de cultivos equilibra los recursos que te puede ofrecer el suelo. Finalmente, se limita la tentación de usar fertilizantes químicos o pesticidas, ya que el suelo no será escaso. ¡Pero cuidado! El concepto de rotación de cultivos no incluye las plantas perennes (espárragos, rubarbo, alcachofa, etc.) que permanecen varios años en el mismo lugar.
En conclusión, disfruté mucho al hacer mi jardín mágico este año. Aprendí un montón de cosas que me ayudarán a laborar en el área de seguridad alimentaria que me apasiona. Por supuesto, es mucho trabajo tener un jardín, pero trae su propia recompensa.
Si intentas hacer uno el próximo año, ¡no dudes en contarme tus aventuras! Y si tienes LA solución para deshacerte de los escarabajos rayados del pepino, ¡escríbeme! 😉
¡Feliz otoño y feliz cosecha!