Jalea de pimbina
La palabra «pimbina» proviene del algonquino, un idioma de las Primeras Naciones de Canadá. Es una pequeña fruta roja, ligeramente amarga que a los pájaros les encanta. ¡Hoy la convertimos en jalea!
La pimbina crece en árboles pequeños en Québec (la provincia francófona de Canadá), generalmente cerca de lugares húmedos. Por lo tanto, se encuentran en el borde de los caminos o cerca de los riachuelos. La fruta es de un color rojo brillante y crece en racimo. Ten cuidado de no confundirte con las cerezas pastosas (ambas son comestibles, simplemente saben diferente).
¿Sabías que se recomienda el té de pimbina para los cólicos menstruales? Nunca lo he probado, pero dicen que funciona. En invierno, es fácil reconocer los frutos, cuyo color rojo contrasta con el blanco de la nieve.
Si alguna vez has hecho la receta de jalea de cerezas pastosas, verás que es exactamente igual (solo la fruta cambia).
Ingredientes
Pimbina – 6 tazas (muy rojas)
Manzanas verdes – 5 (ver nota)
Agua – 6 tazas
Jugo de limón – 1 cucharada
Azúcar – 2 1/4 tazas
*Nota: La manzana debe caber en la palma de la mano (no debe ser muy grande). Idealmente, usarías manzanas silvestres que a menudo crecen cerca de los pimbinas (las manzanas del mercado no son ideal). La idea es usar la pectina (el agente gelificante) de la fruta. Cuanto más madura y dulce sea la fruta, menos hay.
*Otra nota: No dupliques la receta.
Preparación
Te tardarás aproximadamente una hora (ten en cuenta que hay que dejar filtrar el líquido toda la noche) y te dará 3 potes pequeños.
- Para la cosecha de pimbina, busca los arbolitos que crecen cerca de los caminos o de los riachuelos. Lo ideal sería cosecharlas en un lugar libre de pesticidas. Cuando tu cesta esté llena, quítales la cola y enjuágalas.
- En una olla grande (cuanto más grande sea la olla, mejor), mezcla el agua, los pimbinas y las manzanas cortadas en ocho. Lleva a ebullición en fuego alto, luego baja a fuego medio-bajo y cocina durante una hora sin tapar. La idea es que la fruta reviente para que salga su jugo. En ningún momento debe secarse tu mezcla.
- Cuando esté listo, es hora de extraer el jugo de las frutas. Para hacer esto, toma una vieja funda de almohada limpia. Colócala sobre un colador, el cual estará colocado sobre un pote grande. Luego vierte el contenido de la olla en la funda de la almohada y enrolla la extremidad de tela para que no cuelgue. Deja que escurra toda la noche. Ten cuidado: el colador debe ser lo suficientemente alto y tu pote lo suficientemente hondo para que el jugo drenado no lo toque.
- Al día siguiente, exprime la funda de la almohada para sacar todo el jugo restante. Desecha el exceso de pulpa de fruta en el compost. Sin embargo, si puedes lavar la funda de almohada para un uso futuro.
- Antes de hervir tu jugo, tomate el tiempo de esterilizar los frascos de vidrio (estilo Mason) que usarás para conservar tu jalea. Para hacer esto, calienta tus frascos sin tapa en el horno a 240 ° F durante 20 minutos. Luego calienta tus tapas en agua muy caliente durante 3 minutos. No es necesario esterilizar los anillos. Este proceso de esterilización te permitirá conservar tu jalea en el armario hasta que abras el pote (luego tendrás que refrigerarlo).
- Ahora es el momento de terminar tu jalea. En la misma olla grande que usaste al principio, vierte tu jugo (deberías tener alrededor de 3 tazas) con el jugo de limón. Lleva a ebullición a fuego alto. Cuando hierva, agrega el azúcar. Revuelve bien y baja a fuego medio durante 10 minutos sin tapar. Verás que se formará espuma. Tienes que quitarla para que tu textura final no tenga grumos.
- Es importante que la olla que uses si sea grande, para que el jugo se evapore rápidamente (tiene que llegar al punto de gelificación sin caramelizarse).
- Cuando tu jalea esté cocida, es hora de ponerla en tus frascos de vidrio esterilizados. Debes hacerlo rápidamente. Toma tus frascos y vierte la jalea dentro. Sella la tapa con el anillo y aprieta firmemente.
- Ahora puedes finalizar la esterilización. Si tienes un autoclave, coloca tus frascos sellados en él con agua durante 8 minutos a 5 libras de presión.
- Si no tienes autoclave, toma una olla, pon una rejilla o un trapo viejo en el fondo (para que los frascos no golpeen), mete tus frascos llenos de jalea en el fondo y cúbrelos con agua caliente (mínimo un centímetro de agua arriba). El fondo de tu caldero debe estar bien cubierto con potes para que no se caigan (si no has hecho suficiente jalea, pon potes vacíos con agua en el fondo). Luego, pon la tapa de la olla y deja que hierva. Baja a fuego lento, cuenta diez minutos y retíralo del fuego.
- Deja enfriar los frascos, sécalos con un paño y guárdalos en un lugar oscuro y seco. Para asegurarte de que la esterilización salió bien, mira la tapa: debe estar ligeramente hundida hacia adentro (muchas veces hace un sonido cómo «pop» cuando se hunde). Se conservarán durante aproximadamente un año.
¡Para la degustación de tu jalea de pimbina, hay varias opciones! Puedes, por ejemplo, comerla en tus tostadas o con queso brie. El ligero sabor ácido va bien con el queso y puede ser un excelente aperitivo.
¡Listo! ¡Es todo! ¡Buen provecho y feliz verano!