Jalea de manzanas de otoño
Bueno, esta es mi última publicación sobre las manzanas para la temporada, ¡lo prometo! Es solo que tenemos tantas con nuestros tres manzaneros, ¡jajaja!
La jalea de manzana es excelente con queso brie o sobre una tostada para desayunar. ¡Perfecto para empezar bien el día o para impresionar a sus invitad@s!
Como la jalea se hace con la cáscara y el corazón de la manzana, es ideal cocinarla después de haber preparado un lote de tartas de manzana. No te conviene hacer gelatina con manzanas enteras, porque la textura sería turbia y porque tendrías menos pectina en la receta (esta se encuentra principalmente en las cáscaras y el corazón). La pectina es el agente gelificante que hace que la textura de la gelatina agarre bien. Puedes leer mi artículo completo al respecto aquí.
Ingredientes
Cáscaras y corazones de manzana – 16 tazas bien compactadas
Agua – 4 tazas
Jugo de limón – 1 cucharada
3/4 taza de azúcar por taza de jugo – Ver nota
*Nota: La cantidad de jugo se mide después de llevar la mezcla a ebullición.
Preparación
Te tardarás alrededor de una hora y tendrás 6 frascos pequeños de jalea de manzana.
- Coloca tus cáscaras, corazones de manzana, agua y jugo de limón en una olla grande y profunda. Mezcla bien, tapa la olla y lleva todo a ebullición a fuego alto. Revuelve de vez en cuando.
- Cuando hierva, baja el fuego al mínimo y deja que se cocine a fuego lento durante 40 minutos. Revuelve de vez en cuando.
- Coloca un paño de cocina limpio encima un colador, sobre un tazón. Escurre la mezcla encima . Extrae bien todo el jugo apretando la tela entre tus dedos.
- Mide la cantidad de jugo que te da. Para cada taza, calcula 3/4 de taza de azúcar.
- En la misma olla profunda que al principio, vuelve a poner el jugo y vuelve a hervirlo. Cuando esté hirviendo (¡de nuevo!), agrega todo el azúcar de un tiro y revuelve constantemente. Cuenta 10 minutos desde el momento en que la mezcla comience a hervir nuevamente.
- Después de los 10 minutos, es hora de probar la textura. Hay dos formas de hacerlo. En la opción #1, pon una cuchara en tu líquido y levántala horizontalmente. Las gotas (que suelen gotear) deben unirse y tener dificultad para caerse. En la opción #2, coloca un plato en el congelador. Cuenta 15 minutos, sácalo y vierte unas gotas de líquido encima. Fíjate bien en la textura que tienen. Si se vuelven como gelatina, eso significa que tu jalea está lista.
- Cuando tu textura está lista, es hora de conservar la jalea. Primero necesitas esterilizar tus frascos de vidrio y tus tapas. Por lo general, esta receta rinde aproximadamente 6 frascos pequeños.
- Para la esterilización, calienta tus frascos (sin las tapas) en el horno a 240 ° F durante 20 minutos. Luego, calienta tus tapas en agua hirviendo durante 3 minutos. No es necesario esterilizar los anillos. Mientras tanto, vuelve a hervir la jalea y prepara los frascos esterilizados. Vierte tu jalea hirviente en ellos. Coloca la tapa, el anillo y cierra bien.
- Ahora tienes que finalizar la esterilización. Si tienes un autoclave, coloca tus frascos sellados en él con agua durante 8 minutos a 5 libras de presión.
- Si no tienes autoclave, toma una olla, pon una rejilla o un trapo viejo en el fondo (para que los frascos no golpeen), mete tus frascos llenos de jalea en el fondo y cúbrelos con agua caliente (mínimo un centímetro de agua arriba). El fondo de tu olla debe estar bien cubierto con potes para que no se caigan (si no has hecho suficiente jalea, pon potes vacíos con agua en el fondo). Luego, pon la tapa de la olla y deja que hierva. Baja a fuego lento, cuenta diez minutos y retíralo del fuego.
- Deja enfriar los frascos, sécalos con un paño y guárdalos en un lugar oscuro y seco. Para asegurarte de que la esterilización salió bien, mira la tapa: debe estar ligeramente hundida hacia adentro (muchas veces hace un sonido cómo «pop» cuando se hunde). Se conservarán durante aproximadamente un año.
Si no tienes la intención de hacer jalea de inmediato, es bueno saber que el jugo obtenido de las cáscaras y los corazones puede congelarse. Solo tienes que descongelarlo y añadirle el azúcar cuando estés list@. También puedes experimentar con los sabores. Por ejemplo, ¡el jengibre se combina muy bien con la manzana!
¡Listo! ¡Es todo! ¡Buen provecho!